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La veda en dos caladeros enfrenta a Medio Ambiente con los pescadores

La Comunidad prohíbe el fondeo y la navegación en cinco hectáreas del Mar Menor, al sur del puerto Tomás Maestre

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Sábado, 15 de septiembre 2018

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La creación de la primera reserva marina en el Mar Menor ha desatado un temporal. La Dirección General de Medio Ambiente y del Mar Menor ha prohibido el fondeo y la navegación de embarcaciones, así como la pesca, en unas cinco hectáreas situadas al sur del puerto Tomás Maestre, en la línea de costa de La Manga.

«Era urgente tomar medidas para proteger la biodiversidad, ya que se ha detectado allí un reservorio de nacras, casi desaparecidas en el Mediterráneo, y caballitos de mar», explica el director general, Antonio Luengo. La Comunidad no aportó ayer sin embargo el informe técnico que avala la prohibición de la pesca en el espacio acotado. Luengo reconoció que «antes de evaluar hemos prohibido como medida preventiva». Sobre la repercusión en el sector pesquero, respondió que «la reserva no llega al 0,04% de la superficie del Mar Menor».

La reacción de los pescadores no se ha hecho esperar: «Son caladeros históricos de pesca de más de un siglo de antigüedad, y la presencia de especies protegidas en los caladeros demuestra que los pescadores no solo no somos incompatibles, sino que contribuimos a proteger la fauna marina», asegura Jesús Gómez, presidente de la Cofradía de Pescadores de San Pedro del Pinatar, que agrupa a los trabajadores de la laguna.

Luengo asegura que existe un informe técnico que indica la presencia de caballitos y nacras

El Carbón y Los Palos son las dos compañías de pesca -caladeros- que se crearon en el siglo XIX para evitar conflictos entre los pescadores que calaban las morunas en la orilla, ya que el resto del Mar Menor era libre. Tradicionalmente se han sorteado y distribuido entre las familias de pescadores sin conflictos hasta ahora, que justo en el inicio de la temporada fuerte de capturas de langostino y de dorada se encuentran con unos 50.000 metros cuadrados menos donde calar las redes. Gómez asegura que las dos compañías vedadas eran el sustento de cinco barcos de pesca con sus respectivas tripulaciones. «No solo nos han dejado sin una zona de alto interés económico, sino que nadie nos ha informado de la medida», indica el patrón mayor, que pide el argumento científico de la veda.

La Cofradía recuerda que «hace casi un siglo que no hay pesca de arrastre en el Mar Menor que pueda dañar sus fondos». «Los pescadores tienen ahora una conciencia ambiental clara de respeto a especies como el caballito y las nacras», argumenta Gómez, quien destaca el hecho de que «ni siquiera utilizamos ancla en las zonas someras, ya que los pescadores entran a estos caladeros de poca profundidad con botes auxiliares».

«No vamos a ceder»

El patrón mayor se reafirma en la postura del sector pesquero: «No vamos a ceder más espacio, como ya hemos hecho con las zonas de baño», indica Gómez. Para no perder ninguna de las morunas, que ocasionaría un daño económico a los pescadores de las dos compañías, propone revisar la delimitación de la zona de veda. «No necesitamos toda la superficie, sino el espacio para calar las morunas», afirma el presidente.

Gómez señala «los cuatro estudios científicos que hemos iniciado desde la Cofradía para hacer compatibles las capturas con la conservación de las especies». Entre las investigaciones en marcha, destaca la creación de un prototipo de malla que evite la extracción de alevines.

La Cofradía insiste en conocer el informe científico que no ha aportado aún la Comunidad y que respalda la veda. La decisión de la Consejería coincidió con el llamamiento en las redes sociales que le hizo un tuitero anónimo al consejero Javier Celdrán sobre la presencia de nacras. Celdrán aceptó la invitación de quedar con el usuario para bucear -lo que fue difundido en internet- cerca de la orilla de La Manga, y poco después la Consejería decidió aplicar la prohibición de toda actividad. «El biólogo de Medio Ambiente lo evaluó», dice Luengo, quien se muestra dispuesto a reunirse con los pescadores para «reconsiderar la medida siempre que no afecte a la colonia de nacras».

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